LA VIOLENCIA MACHISTA PULVERIZA SU PROPIO RECORD
No puedo dejar de escribir de este asunto sin que me sangren las manos. En lo que va de año han sido asesinadas en el estado español, más mujeres que en todo 2006. 69 mujeres frente a las 68 del año pasado. Aunque hay más casos pendientes de confirmación en Barcelona, Madrid, Ibiza y Lanzarote. Ni la Ley contra esta violencia, ni las campañas de publicidad para denunciar a los posibles asesinos, ni las órdenes de alejamiento (once los asesinos tenían una orden de alejamiento) están sirviendo para mucho. Después del caso de Svetlana, la mujer que acudió a Antena 3 TV, presuntamente engañada por el programa para encontrarse con su asesino, el gobierno español quiere meterle mano a las televisiones. Menos mal que ya se han dado cuenta. Algo es algo. Pero no sólo hay que regular la emisión de esos bodrios televisivos, también hay que cambiar la narrativa de estos casos en los PROGRAMAS INFORMATIVOS. Como concejala de Asuntos Sociales en el anterior mandato municipal, redactamos un decálogo para que los medios audiovisuales cambiaran la forma de contar estos asesinatos, más parececidos al showbusiness que a otra cosa.
Mientras los medios de comunicación no pongan fotografías del asesino esposado en lugar de fotografías de la víctima (aún recuerdo la foto de una mujer asesinada vestida con un top ajustado de tirantes. Se le veía tomando una copa con alguien y esto le hacía parecer lo que no era); mientras no salga un juez, la guardia civil o la policía hablando de la cárcel, penas, etc.; mientras no salgan opiniones de personas expertas en psicología hablando de que hay maneras pacíficas de terminar una relación sentimental; mientras no se condene social y mediáticamente a la persona que mata porque no soporta que "su propiedad, o sea, su mujer" le deje, seguirán produciéndose estos asesinatos que cuestionan muy seriamente qué tipo de educación estamos transmitiendo en las familias, en las escuelas y a través de los medios de comunicación. Así de complejo. Así de sencillo.
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Adrián -