Terrorismo doméstico, pero no pasa nada.
Sigue la vida con el número 14 sobre nuestras cabezas. El número de mujeres asesinadas en lo que va de año en el estado español, por las parejas que ellas ya no querían que siguieran siéndolo. Mientras no exista una condena social de estos asesinos, mientras la sociedad no vea que son asesinos que actúan con premeditación, seguirán matando impunemente (desde el punto de vista social) autojustificados por la enajenación mental transitoria generada por su pareja. Estos hombres matan a sus mujeres con tal de evitar el mayor mal que ellos creen que ellas pueden ocasionarles: abandonarles. Su orgullo de machos heridos no lo consiente y así este orgullo mal entendido se convierte en la peor arma asesina. Por eso los medios de comunicación, la sociedad en general, deben ser los espejos en los que se reflejen lo que son: asesinos cobardes y egoistas, en lugar de protagonistas de una telenovela de pacotilla.
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Pili -